La concentración durante épocas de exámenes no es solo una cuestión de fuerza de voluntad, sino también de hábitos y elecciones conscientes. La capacidad de enfocarse en el estudio de manera efectiva puede marcar la diferencia entre el éxito y la frustración.

 

Hábitos saludables para mejorar la concentración

Para empezar, hay que sentar unas bases claras sobre la rutina diaria. Debemos tener:

  • Sueño reparador: mantén un patrón de sueño regular para favorecer la concentración. Dormir entre 7 y 9 horas diarias permite que el cerebro descanse y consolide la información aprendida.
  • Alimentación equilibrada: es importante recibir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita a través de la dieta. Muchos alimentos estimulan la concentración, como el pescado, las nueces, las frutas y verduras antioxidantes, como los arándanos, las espinacas y el brócoli. Evita el exceso de azúcares y grasas saturadas, que pueden generar picos de energía seguidos de fatiga.
  • Ejercicio físico: la actividad física beneficia nuestra mente. Realiza ejercicios aeróbicos para liberar endorfinas, mejorando el estado de ánimo y la concentración.
  • Hidratación: Mantente hidratado, ya que la deshidratación puede afectar negativamente el rendimiento cognitivo.

 

¿Qué suplementos pueden ayudar?

Una buena alimentación, puede ir acompañada de una pequeña ayuda, si es necesario. Algunas recomendaciones de productos que te pueden ayudar a rendir mejor época de exámenes son:

  • Suplementos de omega-3: si no consumes suficiente pescado, los suplementos de omega-3 son una opción conveniente para mejorar la función cerebral.
  • Vitaminas B: las vitaminas del complejo B, presentes en alimentos y suplementos, son esenciales para la salud cerebral y la producción de energía.
  • Ginkgo biloba: este extracto de hierbas se ha asociado con mejoras en la memoria y la función cognitiva. Lo puedes encontrar en formato de suplemento en muchas farmacias.
  • Cafeína moderada: una taza de café puede mejorar temporalmente la concentración y el estado de alerta. Sin embargo, es importante no excederse para evitar efectos adversos.

 

Sácale partido a tu tiempo y energía

Por último, queremos dejarte unos consejos que pueden marcar notablemente la diferencia:

  • Planifica tu tiempo: establece horarios de estudio y descanso. La planificación ayuda a evitar la procrastinación y a mantener la concentración durante períodos más cortos pero intensos.
  • Elige espacios de estudio adecuados: busca entornos silenciosos y bien iluminados para maximizar tu concentración. Elimina distracciones como dispositivos electrónicos no relacionados con el estudio.
  • Practica técnicas de relajación: la meditación y la respiración profunda son herramientas efectivas para reducir el estrés y mejorar la concentración. Dedica unos minutos al día a prácticas que fomenten la relajación.

Recuerda que cada persona es única, por lo que es importante encontrar la combinación de estrategias que funcione mejor para ti. ¡Mucha suerte!